Dos años consecutivos de producción de terneros próxima a 2,8 millones debería mejorar los números de la invernada y de los frigoríficos hacia mediados de la década.
Las expectativas en cuanto a que habrá otra buena producción de terneros deberían confirmarse próximamente. A nivel de los productores, esa es la visión que se transmite, en base a las excelentes condiciones climáticas que generaron un abultado volumen de pasturas hasta ya entrado el otoño. Con mayor o menor suerte respecto al volumen de lluvias, no hay dudas que hace muchos años no se presentaba un panorama similar.
La segunda buena señal surgió al momento de comenzar el manejo del rodeo de vientres para el entore. En muchos casos, por la condición corporal de las madres, no fue necesario apelar al destete precoz. Los proveedores de insumos lo confirmaron en ese momento. La demanda por suplemento fue muy inferior a años anteriores, aunque hay muchos productores que ya adoptaron el destete temprano o temporario como sistema de manejo, e igual lo hicieron.
Ayer, el Dr. Guillermo de Nava indicó, desde Salto, que aún es temprano para hacer una evaluación consistente, pero confirmó que la expectativa es que el entore haya funcionado bien.
“Recién estamos comenzando a trabajar” en las ecografías, indicó. Los resultados todavía son parciales. Un trabajo terminado en un establecimiento arrojó un resultado de 95,8% de preñez, pero no puede tomarse como referencia de crecimiento porque este mismo, el año pasado, dio un índice de 96,2%. Es un rodeo con monitoreo de entore, muy bien manejado, en el departamento de Salto.
Pero hay otros indicadores positivos, como el hecho de haberse detectado menores porcentajes de vacas en anestro, señaló el profesional, que trabaja en una amplia región del Norte del país.
Menos dudas hay respecto al comportamiento de los rodeos inseminados. Realmente se trabajó muy bien con la inseminación a tiempo fijo.
Por su parte, el Dr. Pablo Marinho —interrumpiendo el trabajo de ecografías en ovejas en una majada en Artigas— estableció que en “su zona” —departamento de Cerro Largo y áreas de influencia— la preñez en vacunos se situará en el orden del 80%. En ganados con cría los porcentajes se ubican en 75% y en las vaquillonas en 95%.
También anticipó buenos registros de preñez en las ovejas. En el establecimiento de Artigas donde estaba trabajando en ese momento —una majada Ideal encarnerada con Dohne— se estaba verificando una preñez de 90%, con un considerable porcentaje de mellizos que ubicó en el orden de 18/19%, niveles que no se esperaban, dado que no fue un buen año para el ovino.
El otro hecho constatable a consecuencia de las excelentes condiciones climáticas para la ganadería es el peso de los terneros, señaló De Nava. Ha sido otra oportunidad para ratificar que cuando hay comida, la genética se manifiesta todo su potencial.
De acuerdo a los datos de DICOSE, a mediados de junio del año pasado había en el país 4,1 millones de vacas de cría. Si se mantiene un porcentaje de destete similar al del año pasado se destetarán unos 2,79 millones de terneros, equiparando el récord de 2008. Si a eso se agrega que las expectativas para la próxima parición —de acuerdo a lo manifestado por los técnicos consultados— es que nuevamente haya un elevado nacimiento, habrá dos años consecutivos de excelente producción de terneros. Luego de años de dificultades de los invernadores para conseguir reposición, parece que comienzan a vislumbrarse años mejores. Que también lo serán para los criadores, por los buenos índices productivos, y posiblemente para los frigoríficos, con una oferta de animales para faena más acorde con la capacidad instalada.
FONTE: TARDAGUILA AGROMERCADOS
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