TIERRAS. EN 2010 SE LLEVAN VENDIDAS MÁS DE 100.000 HECTÁREAS A EXTRANJEROS
PABLO ANTÚNEZ
Con una ganadería que creció, en los últimos 30 años casi 500.000 cabezas bovinas anuales, suelos ricos en fósforo y tierras a valores que no se consiguen, ganaderos e inversores uruguayos apuestan a producir carne en Paraguay.
El agro negocio paraguayo crece y los uruguayos lo miran de reojo. El grueso de la compra de tierras y los proyectos productivos se desarrollan en el Chaco Central, donde ya tienen bastante más de 700.000 hectáreas, algo así como toda la superficie del departamento de Colonia o más de la mitad de Tacuarembó, que es el más grande.
"Este año tuvimos una participación récord en venta de tierras a extranjeros. De enero a junio se llevan vendidas 100.000 hectáreas", aseguró a El País Rodrigo Artagaveytia Santayana, director de Estudio 3.000 en Paraguay.
Las inversiones se frenaron durante la crisis económica, pese a que los precios de la tierra cayeron entre 10% y 15% en ese período, pero hoy "están 20% por encima de los valores logrados en 2009, con una demanda alta, sostenida y con un flujo permanente de negocios", aseguró el empresario compatriota, que es uno de los pioneros en inversiones en el Chaco Central.
La agricultura gana terreno en la región oriental de Paraguay y cada vez más desplaza a la ganadería de carne hacia el Chaco, aumentando el movimiento de inversiones uruguayas, paraguayas y extranjeras.
TENDENCIA. La inversión uruguaya tuvo un cambio importante. Comenzó hace unas 3 décadas y básicamente estuvo impulsada por productores ganaderos. Hoy tiene un cambio abismal, los uruguayos que invirtieron en tierras "están desarrollando proyectos productivos sobre esos predios.
Fueron como dos etapas y la gente, una vez que conoce el país, ve como crece su ganadería y ve seguridad para producir, comienzan a desarrollar sus proyectos", explicó el director de Estudio 3.000.
"Lo primero que se asegura el inversor es la tierra, porque sus precios se multiplicaron por 10, pero los costos de desarrollo crecieron muy poco, ni siquiera llegaron a duplicarse", agregó Artagaveytia.
Como referencia de precios, Estudio 3.000 sostiene que al Oeste del Chaco Central, tierras que antes costaban entre US$ 80 y US$ 120, ahora hay que pensar en pagar entre US$ 120 y US$ 180 por hectárea (tierras vírgenes para desmontar). En las zonas más lluviosas del Chaco, donde se produce una mayor cantidad de materia seca por hectárea, los precios van entre US$ 180 y 250. A estos valores hay que agregarles un proyecto productivo para cumplir con las leyes medioambientales (hay que pensar entre US$ 300 y US$ 500 por hectárea) y en eso Paraguay es un ejemplo, porque obliga a dejar el 50% del predio como monte virgen.
Rodrigo Artagaveytia, que también es ganadero en el Chaco, recuerda que hace 2 años atrás apenas se había explotado el 18% del área total y hay por delante alrededor de 3 millones de hectáreas para agregar a la ganadería guaraní.
DIFERENCIA. Pero más allá de los precios de la tierra, que no se comparan con los de Uruguay, donde en el segundo semestre de 2009 la hectárea cotizó a promedio de US$ 2.625 (datos oficiales), la gran diferencia entre las tierras guaraníes y las locales radica en la productividad.
En la zona Oeste del Chaco (con lluvias de entre 600 y 800 milímetros/año), el potencial de producción es de entre 130 y 180 kilos de carne por hectárea, cuando se realiza sobre pasturas tropicales (la carga por hectárea va de 0,6 a 0,8 unidades ganaderas por hectárea). En Uruguay el promedio de producción de kilos de carne por hectárea es alrededor de 70 kilos, con una carga de 0,7 unidades ganaderas por hectárea.
Desde la colonia mennonita de Philadelphia y hacia el Río Paraguay, la situación cambia, porque llueven entre 800 y 1.200 milímetros anuales, la productividad trepa de 180 a 300 kilos de carne bovina por hectárea (con cargas de entre 0,8 y 1,5 cabezas por hectárea), también sobre pasturas tropicales que se implantan una sola vez y duran toda la vida con un manejo adecuado (hay que desmalezar periódicamente).
"El Chaco tiene suelos muy fértiles, en esas tierras los fertilizantes no existen y las sales minerales casi no se usan. Hablamos de niveles de fósforo de entre 80 y 90 partes por millón, una diferencia abismal con Uruguay donde hay 3 partes de fósforo por millón -la carencia de este componente es el gran problema de los suelos uruguayos y eso aumenta el uso de fertilizantes-", destacó Artagaveytia.
Un crecimiento vertiginoso
Para el director de Estudio 3.000 en Paraguay, Rodrigo Artagaveytia, el auge de la inversión extranjera en Paraguay se debe, en gran parte, al potencial cárnico guaraní.
"Se creció mucho en genética, en stock bovino, pero aumentando la faena de ganado y la extracción. Hoy tenemos la mejor genética, una sanidad excelente y el país tiene un respeto internacional como no lo tuvo antes", le dijo el empresario a El País.
Pero como una verdadera cadena integrada, el crecimiento de la ganadería no se está dando solo, "los productores hacemos mucho, pero la industria frigorífica también. Los frigoríficos perfeccionan su tecnología, aumentando la calidad y la cantidad de los animales que industrializan. Son frigoríficos, en su mayoría, de capitales nacionales".
Hoy, a nivel de las colonias mennonitas en el Chaco, que son fuertes impulsoras de tecnología hay 3 frigoríficos nuevos que están apostando fuertemente a la exportación (incluso están habilitados para la Unión Europea) y en el Sur, las cooperativas están proyectando otras 3 plantas de altísima tecnología. "La producción de carne en Paraguay crece a ritmo vertiginoso", aseguró Artagaveytia a El País.
FONTE: RADIO LIBRE