La valorización compensó la baja en el volumen en el año ganadero 2011. Como en años anteriores, el sector pecuario da muestras de achicarse, pero al mismo tiempo sus productos se valorizan. Menos stock, menos faena, producción de carne y exportaciones, pero más facturación, lo que permite compensar la disminución en la producción.
El descenso podría llegar a un piso el año próximo. Empieza a percibirse una intención gradual de los productores de aumentar su capacidad productiva reduciendo la oferta de vacas, que puede coronarse con un buen resultado en el próximo entore.
Aunque la incertidumbre está presente, por el momento el sector ganadero transita firme el escenario adverso que tanto complica a la Unión Europea (UE), el principal comprador. El 2011 será un año con una faena de dos millones de vacunos, una caída de prácticamente 10% en la actividad de la industria respecto al año pasado, explicados exclusivamente por la baja en la faena de vientres. De hecho, se faenarán más novillos que en 2010. Señal de que los productores ganaderos están haciendo una apuesta a crecer. Moderada, de todos modos. El porcentaje de vacas en la faena será de 47%, lo que marca una situación que apunta a un rodeo estable.
En 2010, con precios bastante más bajos y con un comienzo de año muy seco, la faena de vacas superó largamente el millón de animales y los novillos no llegaron a esa cifra. Este año la proporción será inversa, una recuperación en la faena de la principal categoría carnicera que vuelve a superar el millón de animales faenado en el año, iniciando una tenue tendencia ascendente y una caída de las vacas a 950 mil cabezas.
Aunque el porcentaje de vacas faenadas baja este año, sigue siendo relativamente alta. En 2010 la faena de hembras superó el 50%. En 2003 y 2004, cuando el panorama era de optimismo radical y poca competencia, la tasa de hembras en la faena se situaba en el entorno de 40%. Ahora el balance será de una situación equilibrada.
El descenso en la actividad de faena se traduce en un menor volumen de carne producida y exportada. Pero mientras la exportación bajará 10% en volumen, la valorización de las exportaciones alcanzará una facturación que superará en 20% a la de 2010.
Por más crisis que haya, los precios de exportación y los que recibió el productor son récord. Han pagado más todos los compradores de carne uruguaya, los del exterior y los locales. La UE, que el año pasado pagó en promedio US$ 4.550 por tonelada comprada (peso carcasa), este año pagó un récord de US$ 6.500.
La disminución en el volumen exportado a este mercado explica parte de la suba en el promedio, ya que se priorizan los cortes de más alto valor. Pero no lo explica todo. Porque por ejemplo Brasil aumentó las compras y el precio pagado por cada tonelada de carne.
Los brasileños han pagado hasta ahora US$ 6.600 por tonelada promedio y serán en este año el segundo mercado por el valor del producto que compran. Además, junto a Israel y Venezuela, son los tres mercados que han crecido fuerte en facturación y volumen colocado. Pero el mercado decisivo sigue siendo Rusia, que lleva más de un tercio de la carne exportada.
Uruguay exportará este año 330 mil toneladas, prolongando un descenso de cinco años desde el máximo de 2006, cuando se colocaron más de 500 mil. Y de ese volumen Rusia y la Unión Europea llevan el 60%.
Luego viene EEUU, que lleva el 10% de la carne exportada y que factiblemente en 2012 aumente su presencia por la poca oferta interna de la que dispondrá.
Israel, Brasil, Venezuela, China y Chile han sido mercado relevantes y sumados representan 25% de las ventas, algo fundamental para cubrir los baches cuando Rusia o la UE pierden protagonismo.
Esos demandantes han sostenido precios que superaron permanentemente a los de 2010, para la carne y la hacienda.
El precio del novillo en el entorno de los dos dólares por kilo vivo durante casi todo el año es el factor decisivo que llevó a una retención de vientres y a una excelente zafra de toros.
El 2011 quedará registrado como un año atípico en su zafralidad, que fue inexistente. Los precios más altos ocurrieron en otoño, cuando en años normales se dan los precios mínimos. En setiembre, habitual período de precios altos, las cotizaciones aflojaron. El vínculo entre el mercado externo y los precios al productor fue más fuerte de lo habitual. Y la feedlotización seguramente también contribuye a diluir los efectos de la poszafra.
El novillo comenzó 2011 apenas por encima de los US$ 3 en segunda balanza, Subió con mucha fuerza a partir de febrero para alcanzar el máximo del año a fines de mayo, cuando cotizó por encima de US$ 4,15; y luego fue en gradual descenso, pero siempre manteniéndose por encima de los valores de 2010.
El escenario 2012.
Es muy difícil que ocurra una recuperación en la actividad de faena en el año próximo. Con un stock muy bajo de vacas de invernada y la posibilidad cada vez más tangible de una preñez abundante en el entore. Con un stock también disminuido en novillos de 1 a 2 años, y de 2 a 3 años, la faena de vacunos quedará por debajo de los dos millones de animales el año próximo. Eso dará una firmeza básica al mercado, que contrastará con la volatilidad externa.
Por otra parte, es posible que vuelva a registrarse el diferencial de precios entre la zafra del primer semestre, con precios moderados y el repunte de las cotizaciones en el segundo semestre. Básicamente por tres factores.
En el primer semestre, previsiblemente Europa seguirá comprando con cautela extrema. Pero si la trayectoria de la actual crisis es similar a la de 2008, para el segundo semestre del año próximo debería estar más claro cuáles serán las reglas de juego y, con un poco más de certeza, las compras de los importadores deben tonificar los precios. La oferta de carne desde el Mercosur seguirá escasa y los precios repuntarán fuerte ante cualquier señal de estabilización.
En segundo lugar, la baja en la oferta de ganado en EEUU llevará a que en el segundo semestre del próximo año ese mercado vaya a tener precios récord y eso se trasladará a las compras que realizará en Uruguay.
En tercer lugar, el cupo para carne producida en base a granos que habilitará Europa, que gradualmente puede ir significando una demanda adicional, en un marco de oferta limitada.
Los precios serán sostenidos además por una oferta de ganado de reposición que seguirá siendo limitada y obligando a los invernadores a agregar la mayor cantidad de kilos a sus animales.
Es decir que en 2012 deberíamos observar la persistencia de la tendencia a menor actividad, pero un alto valor por cada kilo de carne producido, lo que ha sido la característica de 2011. Ciertamente si Europa estalla en mil pedazos y contagia a Rusia, el panorama será mucho más cauteloso en los precios ganaderos, pero también bajará el costo de los granos.
Si los escenarios externos más negativos no se concretan, la ganadería puede tener en 2012 otro año de precios en gradual ascenso y empezar así un camino de recuperación gradual del rodeo, que empiece a notarse en las cifras de Dicose de 2013.
La apuesta por los granos.
El uso de granos en la alimentación animal es de larga data. Al menos desde 2003 en adelante. Pero en 2012 tendrá un salto sin precedentes motivado en el precio accesible y la favorable relación carne/grano de que dispondrán los ganaderos.
Trigo y cebada ya están disponibles. Habrá un área mayor a la del año pasado de maíz y sorgo. Y está la abundante oferta de maíz “quebrado” de Argentina, el que logra sortear los impuestos que el gobierno vecino pone a la exportación del grano entero. Además, la expansión en la producción de biocombustibles empieza a generar una oferta importante de destilados de maíz, llamados DDGS.
Esa oferta alimenticia permitirá prolongar una tendencia que ya está por cumplir 10 años: un salto en la alimentación individual de los animales que permite compensar. Dada la muy precaria situación económica mundial, es muy posible que los precios ganaderos no suban en 2012, y permanezcan en valores similares a los de este año. Sin embargo, la relación insumo/producto en la alimentación puede convertir a la ganadería en una apuesta que combine rentabilidad con un riesgo más acotado que la mayoría de las otras actividades económicas.
Por el bajo nivel de stock a nivel mundial, a nivel general de las materias primas, el maíz y el ganado son las inversiones preferidas por empresas como Morgan Stanley, que las recomienda para 2012. La situación en Uruguay parece confirmar la mirada global, con la ventaja de un buen abastecimiento local de granos.