El precio del novillo gordo en Uruguay se ubica consistentemente por encima de los demás de la región desde mediados del año pasado. El novillo se paga entre US$ 3,75-3,80, mientras que en Brasil y Paraguay lo hace en el eje de los US$ 3,10 y en Argentina por abajo de US$ 3,60 el kilo carcasa. Dado que Uruguay accede a mercados a los que no llegan los socios del Mercosur, esto no debería llamar demasiado la atención en la actual coyuntura. China y EEUU son destinos de importante volumen en los últimos meses (de hecho, China se ha convertido en el principal comprador de carne vacuna uruguaya en lo que va de este año) y el resto de la región o no accede con carne fresca (caso de los países del NAFTA) o lo hace en forma muy parcial (China).
El problema es que al observar las condiciones de los mercados del NAFTA y China, la principal competencia son los países de Oceanía, quienes también tienen precios de la hacienda algunas decenas de centavos de dólar por debajo de Uruguay. En Australia el novillo cotiza entre US$ 3,25 y US$ 3,30 el kilo carcasa.
Entonces, lo que permite el sobreprecio no son sólo los mercados que diferencian a Uruguay del resto del Mercosur. Hay que buscar por otros lados.
Hay un par de razones que pueden ayudar a explicar el sobreprecio, aunque seguro no son las únicas. Una tercera es el sobredimensionamiento de la capacidad instalada industrial respecto a la oferta de ganado terminado. Pero yendo a las primeras.
Si se observa cuáles son los principales destinos de las exportaciones uruguayas en monto (no en kilos), se advierte que hay una clara diferencia en favor de la Unión Europea. Tanto en el primer trimestre de este año como en el mismo lapso de 2012 fue el origen de 26% de las divisas que ingresaron al país por concepto de exportación de carne vacuna fresca. A su vez, otro destino de real importancia es Israel, con 12% de las divisas este año y 16% en el primer trimestre del pasado. Entre ambos, entonces, acumulan en el eje de 40% de los dólares que entran a Uruguay por concepto de exportación de carne vacuna fresca. En estos dos destinos la principal competencia para Uruguay es Argentina. No sólo por la similar calidad del producto, aunque el argentino siempre logra un sobreprecio por tener una marca más reconocida. También por una decisión política europea, que en 2008 —cediendo a las presiones de productores ganaderos fundamentalmente de Irlanda y Francia— redujo fuertemente las posibilidades de importación del producto brasileño.
El saldo exportable de Argentina en los últimos años cayó como un piano. La política del kirchnerismo de priorizar un precio bajo de la carne al público promovió la liquidación de unos 10 millones de vacunos. Detracción de 15% a las exportaciones, discrecionalidad al momento de otorgar permisos de exportación, obligatoriedad de volcar determinado volumen de carne a bajo precio en el mercado interno (las “baratas”) para poder exportar, todas medidas que redujeron el saldo exportable a niveles mínimos y encarecieron el producto. Nomás con agregarle el 15% de impuesto a la exportación al kilo de carcasa de novillo, su valor se va a unos US$ 4,10 el kilo
Hoy el europeo que quiere importar cortes finos (el “rump & loin”, cuadril, bife y lomo) de Argentina encuentra una oferta muy escasa y a precios altísimos. De hecho, en los últimos ejercicios Argentina no fue capaz de completar la cuota Hilton, y es el país que tiene el mayor volumen (más de la mitad). Su única alternativa para un producto de similar calidad y por el que paga unos US$ 2.000 por tonelada menos es Uruguay. En Israel pasa algo parecido.
Por lo tanto, unas de las explicaciones del sobreprecio del novillo en Uruguay es el gobierno de los Kirchner.
Otra, que tiene más que ver con méritos propios, es el amplio abanico de mercados abiertos y la gran capacidad de la industria frigorífica uruguaya de dirigir sus baterías a los mercados que están pagando más por determinados cortes. El rápido redireccionamiento de volúmenes trascendentes del producto a China en estos últimos meses es un claro ejemplo de ello. Este país se convirtió en el principal destino en volumen en el primer trimestre del año y generó 17% de las divisas. Si no estuviera esta posibilidad, Uruguay tendría que competir con Paraguay y Brasil en Rusia y no sería capaz de mantener las actuales cotizaciones.
Hay otras explicaciones, también importantes, pero estas son dos que permiten entender de mejor manera porqué el novillo en Uruguay en la actualidad cotiza US$ 0,65 el kilo (21%) por encima del brasileño.
FONTE TARDAGUILA AGROMERCADOS
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