Los datos primarios de Dicose sobre la población de vacunos y ovinos a 2015 da varias advertencias
La ganadería es un negocio de expectativas y, como tal, el ánimo es determinante de la toma de decisiones. Al mismo tiempo, los indicadores que surgen del censo que año tras año Uruguay realiza desde 1974 dan pistas respecto a esas expectativas que los productores tienen y permiten anticipar lo que vendrá en materia ganadera. Por eso son tan esperados.
Los datos primarios para este 2015 son una colección de luces amarillas. La ganadería uruguaya ha dejado de crecer. Y ese estancamiento que surge de múltiples datos del stock se produce cuando la agricultura está cediéndole áreas a la ganadería. Por lo tanto, es doblemente preocupante.
La ganadería logró crecer con área en retroceso, pero ahora que la superficie se agranda los productores entoran menos, producen menos terneros y engordan más lento, por lo que avanzan las categorías adultas. Todos son datos muy importantes que se refugian en la aparente estabilidad de la cantidad de vacunos de Uruguay, que permanece estable muy cerca de los 12 millones de animales.
Podemos estar tranquilos que seguimos siendo el país con más vacunos por habitante del mundo por lejos. El stock vacuno uruguayo creció en unos 30 mil animales en 2015, a 11,87 millones desde 11,84 millones que se contabilizaron en 2014.
Podemos estar tranquilos que seguimos siendo el país con más vacunos por habitante del mundo por lejos. El stock vacuno uruguayo creció en unos 30 mil animales en 2015, a 11,87 millones desde 11,84 millones que se contabilizaron en 2014.
Es más, si se siguen mirando datos generales, se puede decir que el stock de vacas de cría se mantiene y que el de vaquillonas de más de 2 años sube, por lo que la "maquinaria de producción de terneros está intacta". Pero esas son maneras de ver datos generales como para generar autocomplacencia y tranquilidad. Sin embargo, los datos deberían inquietar porque son muchas las luces amarillas que emergen de los datos de Dicose. Tantas que vale la pena enumerarlas.
Uno
Cae el stock de vacas de cría, por primera vez desde 2010. Lo hace en 30 mil animales que fueron sacados de la cría para el engorde. De ahí la estabilidad del rodeo de vacas. Pero este stock se va de 4,26 millones a 4,23 millones. Señal de desinversión en la cría.
Dos
La cantidad de vaquillonas de más de 2 años aumenta. En parte aumenta por un crecimiento en las vaquillonas de 1 a 2 años del año anterior. Pero también en parte crece la categoría porque se bajó el pie del acelerador en la recría de estos animales y muchas no estuvieron prontas al momento del entore. El crecimiento de esta categoría es una señal de desinversión y de retroceso en el objetivo de entorar a una gran mayoría de vaquillonas jóvenes.
Tres
Cae la producción de terneros. Más allá de que se puede achacar al clima, lo que es claro es que el objetivo de tres millones de terneros no se cumplirá, tal vez porque muchos productores sienten que un aumento en la oferta derivará en un fuerte ajuste en contra de los precios. Más allá de que los avatares climáticos siempre juegan un papel principal, es plausible suponer que los productores no se vieron entusiasmados para invertir en los alimentos necesarios para compensar los faltantes de forraje y prefirieron engordar aquellas vacas que fallaron. Los terneros pasan de 2,84 millones a 2,74 millones. Cien mil menos. Y de acuerdo a lo que han sido los datos de preñez del pasado entore, los terneros de 2016 serán menos que los de 2015. Más aún, dados los problemas de sequía y primavera fría de este año, cabe suponer que la producción de terneros seguirá baja en el destete de otoño de 2017. Aunque las lluvias de esta semana alivien la situación de los campos criadores, la parición de setiembre de 2016 será menor.
Crecen categorías adultas
En realidad cuando se mira el detalle de la variación de las distintas categorías, es fácil percibir que el crecimiento se origina en las categorías adultas, lo que es una señal de menos intensificación en la producción. Por eso las siguientes tendencias del stock son igualmente importantes y del mismo signo que las anteriores.
Cuatro
Aumentan los novillos de más de 3 años. Y son la categoría que más aumenta porcentualmente (7,4%). En realidad, dado que el stock vacuno en su totalidad creció apenas 0,2% (27 mil cabezas), el aumento en los novillos adultos, de 35 mil animales, ya explica un crecimiento del rodeo que no significa más potencial productivo hacia adelante.
Cinco
En forma similar, las vacas de invernada crecen 5,6% (23 mil animales). Señal de que los criadores obtuvieron una baja performance en la reproducción de sus rodeos o eligieron hacer caja en lugar de mantener a las vacas o sus crías.
Seis
La tasa de destete sigue siendo muy baja. Es posible que los productores prefieran engordar vacas y hacer caja en el corto plazo, que seguirle todo el ciclo de vida a los terneros. Dados los resultados de la encuesta de preñez que organiza INIA 33, en el próximo destete volverá a caer la producción de terneros por vaca entorada.
En realidad, excluyendo las categorías adultas, el sector ganadero no crece, en momento de repliegue agrícola y ovino. De modo que si antes el crecimiento leve del stock vacuno era significativo, porque la ganadería se las arreglaba para crecer con menos área, ahora la estabilidad es una señal amarilla, dado el repliegue de la agricultura y el fuerte descenso de los ovinos.
Siete
La caída de ovinos es grave, de 12%, casi 900 mil en una población remanente de 6,6 millones, por lejos la más baja alguna vez registrada. Prácticamente la mitad que los vacunos, invirtiendo una relación que históricamente fue de dos ovinos por cada bovino.
Estas siete señales marcan el final de una lógica ganadera que fue en cierto sentido perversa.
Es decir que en 2016 no crecerán los vacunos y dejarán prácticamente a la forestación como sector del agro yendo a más. El freno ganadero coincidirá en 2016 con el de la economía. Seguramente una pausa en una trayectoria de crecimiento que será retomada sobre el final de esta década. Luego de estos dos años que serán de ajustar moderadamente la carga.
Es decir que en 2016 no crecerán los vacunos y dejarán prácticamente a la forestación como sector del agro yendo a más. El freno ganadero coincidirá en 2016 con el de la economía. Seguramente una pausa en una trayectoria de crecimiento que será retomada sobre el final de esta década. Luego de estos dos años que serán de ajustar moderadamente la carga.
Los datos de la División de Control de Semovientes (Dicose) también indican que en algún momento de 2016 la oferta de vacas para faena deberá moderarse porque los actuales niveles de matanza de hembras son insostenibles. Sin ir más lejos, la pasada fue la semana con más faena de vientres de los últimos cinco años.
El mercado dará a los criadores la señal de retener. O de lo contrario se prolongará la actual meseta de la ganadería uruguaya.
En los ovinos las luces son naranjas
En el stock ovino, los datos de la declaración jurada de existencias ganaderas ya se veían venir en plan derrumbe. Pero no por eso dejan de ser menos impactantes. Los 6,6 millones, una caída de 900 mil cabezas y de 12% en el año, significan el nivel poblacional más bajo para los lanares desde que se lleva la cuenta y posiblemente la población más baja en más de un siglo. Como en el caso de los vacunos, las hembras en edad de cría son las que más caen, lo que muestra la dificultad para reponer la población.
Es desalentador que sean las borregas la categoría que más cae (-17%) y las ovejas de consumo (-5%) las que más persisten.
Hay un largo camino por recorrer para que la majada nacional vuelva a los niveles de población de años anteriores, aunque los márgenes del rubro no son malos y en muchos casos superan a los vacunos.
- Fuente: Por Blasina y Asociados, especial para El Observador
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