JUAN ANDRÉS ELHORDOY (JAE):
La cadena cárnica sigue acaparando titulares. Por un lado, varias empresas del sector están anunciando en estos días el envío a seguro de paro de empleados y otras, incluso, anunciaron despidos. Al mismo tiempo, a fin de la semana pasada la industria volvió a ajustar al alza los precios de la carne al mercado local.
Frente a estos hechos les proponemos analizar a continuación la situación que atraviesa la cadena cárnica en nuestro país para intentar comprender mejor qué está detrás de estos elementos. El diálogo es con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.
¿Cómo analizan Uds. el momento actual del sector cárnico uruguayo? ¿Cómo se explican las dificultades que estamos viendo en la industria y los aumentos fuertes de los precios de la carne al consumo de estas últimas semanas?
FLORENCIA CARRIQUIRY (FC):
Esencialmente, lo que estamos viendo es una situación de escasez muy marcada de ganado, que tiene que ver con varios elementos que hoy están confluyendo. En primer lugar, estamos sufriendo todavía los impactos de la sequía de 2008-2009. La sequía de ese momento tuvo impactos importantes en la reproducción del rodeo y terminó significando un nivel de nacimientos muy reducido en la primavera de 2009.
Si bien el ganado que hoy está en edad de faena (o sea, ganado de al menos 2 años) no es el nacido en 2009 aún, el hecho de que se reduzca el stock de ganado flaco (la reposición) impacta en la oferta de ganado gordo desde ya, porque al aumentar el precio de la reposición –por la escasez– se alienta un engorde más lento por parte del invernador, en tanto el clima lo permita. Además el invernador tiende a ponerle más kilos al ganado antes de enviarlo a faena y todo eso implica menor oferta y mayores precios del ganado gordo.
Análisis de la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.
JAE: De hecho, los reportes del mercado de la última semana están hablando de precios del novillo gordo de más de 4 dólares en cuarta balanza. ¿Son niveles sin precedentes en la historia del sector, verdad?
FC: Efectivamente. Hoy estamos con niveles de precios del ganado sin precedentes. Como tú decías recién, el novillo gordo se está negociando por encima de los 4 dólares en cuarta balanza. Ese es un valor alto incluso en la comparación regional: es mayor al que estamos viendo en la región sur de Brasil y mayor también al que se está negociando en Argentina o en Paraguay, por ejemplo.
En ese marco, si bien los precios de la carne en el mundo están también en niveles muy altos y han aumentando significativamente en los últimos meses, con esos niveles de precios del ganado la industria está viendo muy afectada su rentabilidad. De allí la decisión de muchas plantas de enviar trabajadores a seguro de paro e incluso de despedir trabajadores en algunos casos. Al mismo tiempo, esta fuerte escalada de los precios del ganado, que además coincide con altos valores de exportación, explica las subas de precios de la carne al consumidor que tuvimos en las últimas semanas.
JAE: Ahora, ¿cuánto puede durar esta situación? Te lo pregunto porque la decisión de despedir trabajadores supone que no se está evaluando el tema como un problema muy coyuntural.
FC: En realidad, en lo que refiere a los impactos de la sequía de 2009 sobre la oferta de ganado podemos considerar que son más o menos transitorios. Tenderán a ceder en la medida en que los nacimientos se normalicen y los stocks vacunos se recuperen y, de hecho, los nacimientos de terneros de 2010 se habrían ubicado nuevamente en el eje de los 2,8 millones de cabezas. Ahora, si bien es un elemento transitorio, de todas maneras se va a seguir sintiendo por varios meses más. Al menos durante todo 2011 y buena parte de 2012 seguramente la oferta de ganado siga muy restringida por esta causa.
Pero, además, más allá de este elemento, como decía al inicio hay otros factores que están confluyendo hoy por hoy para explicar la situación peculiar que estamos viendo en el sector.
JAE: ¿A qué otros elementos te estás refiriendo?
FC: Por un lado, estamos viendo en la industria exceso de capacidad y eso alienta una mayor competencia por la materia prima. De hecho, desde hace varios años la capacidad de la industria supera con holgura los niveles de faena y actualmente estamos viendo incluso una expansión adicional de la capacidad con la puesta en marcha del frigorífico nuevo en Durazno. Esta situación probablemente pone presión en las plantas que operan con mayores costos.
Y por otra parte, otro elemento que ha tenido un rol muy relevante es la exportación de ganado en pie, que está exacerbando la falta de disponibilidad de materia prima para procesamiento que está sufriendo la industria frigorífica local en estos momentos.
JAE: Quizás valga la pena dimensionar en alguna medida este tema. ¿A cuánto asciende la exportación de ganado en pie?
FC: Tradicionalmente la exportación de ganado en pie de razas carniceras representaba una parte menor de la extracción bovina. Si miramos, por ejemplo, datos desde mediados de los años 90 hasta 2007 la exportación en pie significaba –salvo algún año puntual– menos de 3% de la faena (en algunos años casi no existía). Sin embargo, en los últimos años vimos un crecimiento extraordinario de las ventas en pie, sobre todo hacia algunos países de Medio Oriente. En 2010 se exportaron más de 240.000 cabezas de ganado bovino para carne. Eso significó más de 10% de la faena vacuna de ese año. El flujo de hecho se intensificó notoriamente en los últimos meses del año y ha seguido muy firme en 2011, en enero-febrero se exportaron casi 68.000 cabezas, lo que representa más de 20% de lo faenado en estos meses. Sin dudas es un tema que ha ganado una importancia muy relevante.
JAE: De hecho, desde el año pasado estamos viendo quejas y reclamos a favor de limitar la exportación en pie desde varios frentes de la cadena cárnica.
FC: Desde diversos frentes del sector cárnico uruguayo se reclaman límites a la exportación en pie y se aduce en particular que las ventas a Medio Oriente se están haciendo en condiciones poco habituales, a precios excesivamente altos –incluso para lo que son los precios altos de la carne en el mundo hoy por hoy– y que eso está generando distorsiones en la formación de precios de la cadena y está afectando el trabajo nacional. Este es un tema complejo pero parece importante que las autoridades a las que les compete se cercioren de que la exportación en pie se esté realizando en condiciones de competencia “igualitarias” para la industria local. Por ejemplo, hasta hace muy poco tiempo nuestro país exportaba ganado en pie a Turquía pero no podía exportar carne a ese mercado por alguna restricción sanitaria injustificada por parte de ese país. Ese tipo de cosas no debería suceder y recientemente esto se levantó formalmente, aunque en la práctica aún no se han podido realizar ventas de carne al mercado turco.
De todo modos y sin perjuicio de procurar corregir esas eventuales distorsiones, a nuestro juicio es importante preservar el contexto de libre exportación en pie, porque esa libre exportación de ganado en pie –en tanto se haga, como decíamos, bajo condiciones igualitarias para todas la partes involucradas– asegura una alta trasmisión de los precios internacionales a los precios de las haciendas, da seguridad para la inversión ganadera y ha sido un factor relevante en el desarrollo que tuvo la ganadería en los últimos 20 años.
JAE: Ahora, lo cierto es que como corolario de toda esta situación la carne para consumo interno viene acumulando una suba de más de 20% desde el año pasado. Y en ese marco el Gobierno analiza incluso tarifar algunos cortes. ¿Cómo están viendo ese tema?
FC: El caso de la carne preocupa al Gobierno particularmente porque es un producto importante en la canasta de consumo y por su efecto en la inflación.
Ahora, intentar actuar sobre los precios de la carne a través de acuerdos con la industria o en el extremo tarifar los precios de la carne como tu mencionabas recién, a nuestro juicio tendría efectos negativos sobre el funcionamiento de la cadena y a la postre sería contraproducente, porque terminaría desalentando la oferta y generando mayores incrementos de precios.
Además, como hemos dicho otras veces, no es la forma en que se combate la inflación de modo sostenible. Para eso, debe recurrirse a un mayor endurecimiento monetario y eventualmente procurar que la política fiscal contribuya con un comportamiento contracíclico, que hoy no estamos viendo.
FONTE: ESPECTADOR.COM
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