Un estudio británico aborda “ocho mitos ridículos” de detractores
Un estudio difundido por Business Insider de Inglaterra, y que originalmente fue publicado en Authority Nutrition, abordó ocho mitos considerados ridículos sobre el consumo de carnes rojas y su efecto sobre la salud, que el vicepresidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC), Fernando Pérez Abella, destacó a El Observador al cuestionar recientes publicaciones en contra de la carne vacuna.
La publicación británica se conoció luego que El Observador difundiera un artículo que publicó la revista Cell Metabolism, en la que se indica que las probabilidades de morir de cáncer aumentan cuatro veces en aquellas personas que consumen mucha carne y quesos, según un estudio de Valter Longo, profesor de la Escuela de Gerontología y director del Instituto de Longevidad de la Universidad del Sur de California, EEUU.
Pérez Abella dijo que el informe británico señala que algunas personas alegan que la carne no se digiere bien y se “pudre” en el colon. Concluye que los nutrientes de la carne se descomponen y son absorbidos mucho antes de llegar al intestino.
Sin embargo, la fibra de los vegetales se fermenta (“se pudre”) en el colon, lo que en realidad es algo bueno porque alimenta a las bacterias benignas que lo habitan.
También se señala que la carne tiene alto contenido de nocivas grasas saturadas y colesterol, pero el estudio británico explica que “a pesar de ser visto como algo temible, el colesterol es una molécula vital en el cuerpo. El hígado produce grandes cantidades de colesterol para asegurarse de que siempre haya suficiente. Cuando obtenemos mucho colesterol de la dieta, el hígado simplemente produce menos, por lo tanto la cantidad total no cambia demasiado”.
En relación a que la carne causa insuficiencia cardíaca y diabetes tipo II, el trabajo concluye que muchos estudios masivos han analizado la relación entre el consumo de carne, la insuficiencia cardíaca y la diabetes. Encontraron una importante relación con el consumo de carne procesada pero ningún efecto por el consumo de carne roja sin procesar.
Una creencia común es que la carne, especialmente la carne roja, causa cáncer.
Pérez Abella comentó que el estudio concluye que la relación entre carne roja sin procesar y el cáncer es muy débil en los hombres e inexistente en las mujeres. Esto puede depender del modo en que se cocina la carne porque el calor en exceso puede generar carcinógenos. También se suele creer que la carne engorda, porque la mayoría de la carne contiene altos niveles de grasa y calorías.
La carne es una de las mejores fuentes de proteína de alta biodisponibilidad. Agrega que las proteínas son los macronutrientes que más favorecen la pérdida de peso.
Un contrapunto con las teorías vegetarianas
El trabajo publicado en Authority Nutrition de Inglaterra rebate los estudios sobre problemas de salud por alimentarse con carnes ya que los humanos son naturalmente herbívoros y “no están diseñados” para consumir carne, según algunos vegetarianos. Sin embargo, los humanos están bien equipados para hacer un completo uso de los nutrientes que contiene la carne.
Nuestro sistema digestivo refleja una adaptación genética a una dieta omnívora, con alimentos de origen animal como principal fuente de calorías.
El trabajo agrega que muchas personas parecen creer que las proteínas son malas para los huesos y pueden causar osteoporosis. Hay arrolladora evidencia de que una dieta alta en proteínas se relaciona con una mejor densidad ósea y un menor riesgo de osteoporosis y fracturas en la vejez. Esto es un buen ejemplo de que seguir ciegamente la sabiduría convencional en nutrición lleva exactamente al resultado opuesto.
El trabajo concluye que a pesar de que las proteínas causan un aumento de pérdida de calcio en el corto plazo, los estudios de largo plazo muestran que un alto consumo de proteínas se relaciona con una mejor densidad ósea y un menor riesgo de osteoporosis y fracturas. Por otra parte, algunos sostienen que la carne es innecesaria. Si bien es cierto que se puede sobrevivir sin consumirla, contienen muchos nutrientes importantes para una óptima salud. El trabajo admite que es posible vivir sin carne, pero no se logrará una salud óptima, haciendo uso de todos los nutrientes beneficiosos que proporciona la naturaleza.
La publicación británica se conoció luego que El Observador difundiera un artículo que publicó la revista Cell Metabolism, en la que se indica que las probabilidades de morir de cáncer aumentan cuatro veces en aquellas personas que consumen mucha carne y quesos, según un estudio de Valter Longo, profesor de la Escuela de Gerontología y director del Instituto de Longevidad de la Universidad del Sur de California, EEUU.
Pérez Abella dijo que el informe británico señala que algunas personas alegan que la carne no se digiere bien y se “pudre” en el colon. Concluye que los nutrientes de la carne se descomponen y son absorbidos mucho antes de llegar al intestino.
Sin embargo, la fibra de los vegetales se fermenta (“se pudre”) en el colon, lo que en realidad es algo bueno porque alimenta a las bacterias benignas que lo habitan.
También se señala que la carne tiene alto contenido de nocivas grasas saturadas y colesterol, pero el estudio británico explica que “a pesar de ser visto como algo temible, el colesterol es una molécula vital en el cuerpo. El hígado produce grandes cantidades de colesterol para asegurarse de que siempre haya suficiente. Cuando obtenemos mucho colesterol de la dieta, el hígado simplemente produce menos, por lo tanto la cantidad total no cambia demasiado”.
En relación a que la carne causa insuficiencia cardíaca y diabetes tipo II, el trabajo concluye que muchos estudios masivos han analizado la relación entre el consumo de carne, la insuficiencia cardíaca y la diabetes. Encontraron una importante relación con el consumo de carne procesada pero ningún efecto por el consumo de carne roja sin procesar.
Una creencia común es que la carne, especialmente la carne roja, causa cáncer.
Pérez Abella comentó que el estudio concluye que la relación entre carne roja sin procesar y el cáncer es muy débil en los hombres e inexistente en las mujeres. Esto puede depender del modo en que se cocina la carne porque el calor en exceso puede generar carcinógenos. También se suele creer que la carne engorda, porque la mayoría de la carne contiene altos niveles de grasa y calorías.
La carne es una de las mejores fuentes de proteína de alta biodisponibilidad. Agrega que las proteínas son los macronutrientes que más favorecen la pérdida de peso.
Un contrapunto con las teorías vegetarianas
El trabajo publicado en Authority Nutrition de Inglaterra rebate los estudios sobre problemas de salud por alimentarse con carnes ya que los humanos son naturalmente herbívoros y “no están diseñados” para consumir carne, según algunos vegetarianos. Sin embargo, los humanos están bien equipados para hacer un completo uso de los nutrientes que contiene la carne.
Nuestro sistema digestivo refleja una adaptación genética a una dieta omnívora, con alimentos de origen animal como principal fuente de calorías.
El trabajo agrega que muchas personas parecen creer que las proteínas son malas para los huesos y pueden causar osteoporosis. Hay arrolladora evidencia de que una dieta alta en proteínas se relaciona con una mejor densidad ósea y un menor riesgo de osteoporosis y fracturas en la vejez. Esto es un buen ejemplo de que seguir ciegamente la sabiduría convencional en nutrición lleva exactamente al resultado opuesto.
El trabajo concluye que a pesar de que las proteínas causan un aumento de pérdida de calcio en el corto plazo, los estudios de largo plazo muestran que un alto consumo de proteínas se relaciona con una mejor densidad ósea y un menor riesgo de osteoporosis y fracturas. Por otra parte, algunos sostienen que la carne es innecesaria. Si bien es cierto que se puede sobrevivir sin consumirla, contienen muchos nutrientes importantes para una óptima salud. El trabajo admite que es posible vivir sin carne, pero no se logrará una salud óptima, haciendo uso de todos los nutrientes beneficiosos que proporciona la naturaleza.
fonte: El Observador
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