Los costos han superado lo tolerable para muchas empresas y, a continuación del Prado, habrá varias plantas cerradas a pesar de que hay demanda por la carne
Al momento de escribirse este informe está todavía lejos de finalizar la Expo Prado. Pero ya puede tenerse la certeza de que será un éxito en la venta de reproductores de la exposición y las que sigan. Pero más allá de esos lógicos fulgores de una ganadería que precisa por lo menos un millón de terneros más de los que produce, hay señales de preocupación que deberían trascender al ámbito ganadero.Al terminar setiembre serán varios los frigoríficos que estén paralizados. Algunos de ellos importantes: Carrasco, Colonia, Tacuarembó, PUL. Algunas de esas plantas llevaban años sin frenar su actividad. Tal vez lo más preocupante sea que la causa principal del freno se origina dentro de fronteras.No tiene origen en un bajo precio de la carne a nivel internacional. Rusia paga bien, Europa compra cautelosamente, pero a buenos precios, Israel lleva los cortes del delantero. Pero los problemas intrínsecos de Uruguay están complicando la operativa.En una reunión en la que la empresa Minerva dio su visión sobre la situación a los productores nucleados en Progan, la preocupación por los costos crecientes de las empresas uruguayas quedaron de manifiesto como un factor común que complica a la operativa tanto a nivel pecuario como a nivel industrial.El panorama trazado fue previsiblemente de preocupación. “Por primera vez en años la perspectiva que vemos para la industria no es positiva” resumió Miguel Gularte, gerente de PUL ante los productores de Progan, la asociación de productores vinculados al frigorífico.Tras una descripción de los problemas que enfrenta el sector industrial más importante de Uruguay, la reseña abarcó nueve puntos entre los cuales uno notorio es el sobredimensionamiento que contrasta con una oferta de ganado que por ahora no tiene miras de recuperare. Pero además hubo un nítido llamado a la cautela respecto a la nueva cuota para carne terminada a grano y datos impactantes respecto a los costos de Uruguay.En particular en lo referente al costo que tiene alimentar a grano un novillo durante 100 días. Según las estimaciones que compartió Gularte en la reunión, engordar un novillo durante los últimos 100 días requeridos para la nueva cuota tiene un costo que es más del doble que el de Australia y EEUU.¿Cuánto cuesta tener un animal en feedlot 100 días? Cuesta US$ 125 en EEUU, US$ 135 en Australia y más de US$ 350 en Uruguay.Si el premio para un animal que vale US$ 1.000 por ser de feedlot fuese 16%, el premio sería US$ 160, menos de la mitad del costo. Aunque seguramente se exportará ganado por parte de esta cuota, hay números que no cierran. Porque además Australia está habilitado para exportar carne con hueso, lo que le da una ventaja respecto a Uruguay que no está en condiciones de hacerlo por vacunar contra la fiebre aftosa.Los costos de mano de obra son mucho más altos en Uruguay que en Brasil, y la diferencia se hace aún mayor respecto a Paraguay. “Se ha resaltado demasiado a esta cuota como la solución de todos los problemas, es mejor guardar los cohetes y ser cautelosos”, apuntó el industrial.Por cierto que el escenario externo preocupa, pero lo central es lo escaso de la oferta. “Una limitada y cautelosa demanda se encuentra frente a una oferta más limitada aún”, afirmó Gularte.Juega en contra el hecho de que Europa sea una incógnita absoluta, no solo respecto a un posible default de Grecia sino en el futuro de la cotización del euro frente al dólar. Pero es llamativo que la situación planteada ocurra cuando según Gularte en Rusia se dan “precios en recuperación, operaciones más fluidas, carne brasileña con precios muy similares a Uruguay y en volumen limitado. No se esperan en este mercado grandes variantes hasta noviembre cuando las compras paran por el congelamiento de los puertos.En el repaso de los mercados internacionales también indicó que en EEUU solo se concretan operaciones puntuales, posiblemente se devuelva cuota. Apuntó como elemento novedoso que hay precios competitivos para carne orgánica. También destacó a Israel, que en algunos aspectos “es el mejor mercado que tiene Uruguay, por ser especializado en ese nicho”.Brasil, como cliente, con dólar barato favorece a la carne de Uruguay, la calidad faenada favorece a Uruguay y seguir faenando animales castrados también porque una gran parte del ganado faenado es entero.A la hora de plantear los escenarios del futuro ganadero planteó dos escenarios, uno llamado A, con una probabilidad de 55%, y otro B, con probabilidad de 45%Dos escenarios posiblesEn el escenario A, los precios después de una leve subida de primavera vuelven a bajar en diciembre, estabilizándose y subiendo levemente en enero 2012. La fluidez comercial sigue regulada por la baja oferta. Europa logra mantenerse estable y por lo tanto también EEUU mantiene la estabilidad. Argentina permanece fuera de mercado y Brasil va mejorando lentamente su competitividad.El escenario B es algo menos probable y es más pesimista. Con precios estables hasta mitad de noviembre, caída en diciembre y nueva subida en enero, esto si se mantiene Europa. Pero si Europa sufre una crisis más grave, los precios de diciembre permanecen durante el primer semestre de 2012.En cualquier escenario, la preocupación de la industria frigorífica en general es creciente. A medida que los números se van haciendo más difíciles de ajustar se vuelve más complicada la relación con los trabajadores, algo que también ha interrumpido la actividad del PUL. También se hace más compleja la relación con los productores, que se ilusionaban con un novillo de cuatro dólares que se alejó. Pero particularmente, en un comienzo de primavera que no se presenta climáticamente adverso, que no tiene todavía a los mercados externos muy complicados, que cuenta con una demanda interna activa, que los números de la industria frigorífica no cierren muestra que los problemas de competitividad de la economía uruguaya están pasando del tono amarillo al naranja.Será un Prado excelente para la venta de reproductores, tanto vacunos como ovinos. Pero al lunes siguiente la cuenta de frigoríficos cerrados será la mayor de los últimos tiempos. Una señal propia de la ambigüedad de estos tiempos de altos precios, pero también costos excesivamente altos, tanto para los productores como para las agroindustrias.La apuesta sigue en pie a pesar de los nubarrones. “A corto plazo podemos estar aparentemente frente a una tempestad perfecta. Sin embargo, a mediano plazo los fundamentos del negocio se sostienen y convalidan las inversiones efectuadas por productores y la industria”, agregó el industrial.“El mundo se va a seguir alimentando con carne y Uruguay tienen excelentes recursos naturales (clima, pasto y genética)” sintetizó Gularte. El optimismo se mantiene, pero cada vez con más condiciones.Los problemas de tamañoSi bien la suba de los altos costos es general para todas las empresas, en el caso de la industria frigorífica hay una situación de sobredimensionamiento que es propia.¿Cuál es la causa? ¿Cómo la industria no previó que llegaría a un tamaño superior a la disponibilidad de ganado?Miguel Gularte apuntó a varias causas. Al comenzar el proceso de inversiones la industria estaba desfasada tecnológicamente y tenía que adecuarse, hacer playas de faena nuevas. Debió decidir entre hacer estructuras más modernas y del mismo tamaño. ¿O ante la necesidad de reformar, aprovechar y mejorar la escala? Allí con buenos resultados y un parque industrial desfasado y un futuro auspicioso se toma la decisión de crecer. Un segundo factor fue lo que Gularte llamó la “ilusión de que la producción iba a seguir creciendo, es lo que todos queríamos ver”.En tercer lugar por el interés de los inversores, la industria pasó a ser un producto de venta y era más fácil vender una industria de buen tamaño.Producción menor en 2012El Departamento de Agricultura de EEUU espera que en 2012 caiga la producción uruguaya de carne. En un informe no oficial divulgado a fines de la semana pasada la producción fue ubicada en 535 mil toneladas, 10 mil menos que en 2011, por una nueva disminución en la faena. La faena se proyectó en 2,15 millones de vacunos este año y en 2,1 millones en 2012. El ajuste llevaría a una disminución de las exportaciones, también leve. Según el informe, el nuevo impuesto a la tierra será un factor de desaliento a la inversión.
FONTE: EL OBSERVADOR
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