El director del área de Información y Análisis Económico del INAC, Pablo Caputi, abordó las grandes tendencias que hoy se visualizan en el mercado mundial de carnes. Se basó en los intercambios de un intenso encuentro con economistas de todo el mundo especializados en estos temas, que desembarcaron en nuestro país antes del Congreso de la OPIC (Oficina Permanente Internacional de la Carne), realizado en Buenos Aires en octubre pasado.
Comentando la aseveración "marketinera" de Steinfeld Henning, de la FAO, sobre que la carne será como el caviar del futuro, por el alto valor que irá adquiriendo, Caputi recordó que el mercado de caviar son 70 toneladas al año y el de carne vacuna son 700 millones. El caviar vale U$S 1.200 o 2.400 el kilo –según la clase que sea– y la carne vacuna vale U$S 3 o 4 el kilo.
La comparación es un chiste, aunque un esturión pueda medir cuatro o cinco metros y pesar tanto como un novillo (dato sorprendente, realmente).
"Otro chiste de mal gusto", dijo: "Producir carne con animales a pasto era más sano. En los encierres se contaminan con E. coli u otros dramas similares. Los pastoriles no damos hormonas, los vacunos uruguayos tienen mucho espacio, como dos canchas de fútbol para cada uno. El pasto, la biodiversidad, los pájaros, es la mejor condición en cuanto al bienestar animal. De un día para otro, nos enteramos de que el 18% de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) vienen por los vacunos. Los animales, en realidad, pero particularmente los rumiantes, que generan metano. ¡Contaminan más que los autos!".
En el mundo crece la producción de carne de monogástricos (pollos y cerdos, sobre todo), porque son más eficientes.
"El pollo es una bolsa de maíz concentrado, es muy versátil y conveniente". Richard Brown, gurú de la Consultora Girá, formuló algunas proyecciones a 10 años, en las que establece que crece la producción de carne de aves y supera a la de cerdo. Estas dos especies, sumadas, llegarán a 240 millones de toneladas/año y triplicarán a la suma de carne de vacas y ovejas (publicamos estas gráficas de consumo y comercio de carnes en el Nº 188, de octubre pasado).
Brasil creó corporaciones transnacionales de multiproteínas, como Marfrig, JBS (que recientemente adquirió a Bertin) y Brasil Foods (resultante de la fusión de Sadia y Perdigao), que operan a nivel global en todo tipo de carnes, lácteos, colágenos, harinas y otros productos, como cueros. Las dos primeras empresas están presentes en Uruguay, con cinco de las principales plantas frigoríficas. En la gestación de estas megaempresas y en su desarrollo tuvo activa participación el Estado brasileño a través del banco público de inversión, el BNDES (ver páginas 48 a 50).
La producción de alimentos empezó finalmente a recibir buenos precios y, por esta razón y por otros factores financieros, la tierra de nuestro país se valorizó fuertemente en
los últimos años. "Hoy vale U$S 3.000 la hec-tárea, pero va a valer U$S 30.000 –afirmó Caputi provocativamente–. Hay que esperarla, nada más".
Los precios de los alimentos que exportamos continuarán firmes. Las carnes, pero sobre todo los granos para los animales de los superpoblados gigantes asiáticos, China e India, que constituyen una porción creciente de la dieta de estas sociedades.
Hizo referencia a los vecinos, destacando el papel de Brasil como potencia regional en ascenso. Brasil tiene una estrategia global, un sueño de constituirse en potencia mundial: ser en pocos años la quinta potencia económica (detrás de EEUU, China, Japón y Rusia), desplazando a Alemania. Argentina desaprovechó oportunidades y hace años que se despegó para abajo.
¿Y Uruguay?, se preguntó Caputi: "Vamos a crecer cerca de un 9%, contra nuestra voluntad. Hacemos todo para impedirlo".
El continente crece, los alimentos son el ariete de esa lucha mundial. No vamos a pe-lear por la supremacía nuclear, ni por las armas: van a ser los alimentos, con el Mercosur como la región del mundo con mayor potencial de crecimiento en esta área.
El ipod y el novillo virtual: Caputi definió al aparatito de Apple como la última palabra de la tecnología actual, capaz de resolver todos los problemas de la vida (incluso los conyugales y los deportivos, ironizó), y vale U$S 829. El novillo virtual, indicador del INAC que impulsó el propio Caputi en 2006, informa que un novillo carnicero tipo vale lo mismo: U$S 832 al productor, y genera otros U$S 152 para la industria, el Estado y otros agentes de la actividad. Valor que hoy ya está superando los U$S 1.000 y apunta a seguir aumentando. Los precios relativos han variado definitivamente.
Descalificó también la falsa oposición de producción vs servicios, tan en boga en el pensamiento corriente en Uruguay, aun en esferas decisorias gubernamentales. Y, en esa línea, se preguntó –y se respondió– si pensábamos ser la "Suiza bancaria de América":
"Es notorio –así lo señalan sus actores principales– que en nuestro país hay un grado muy bajo de bancarización y no tenemos una Bolsa de Valores de importancia. Sin embargo, estamos creciendo al 9%.
En cambio, en EEUU, la banca gigantesca y la Bolsa de Valores se hundieron y precipitaron al país a la enorme crisis de los últimos años. Es el riesgo de los sistemas financieros demasiado profundos y complejos. Es mejor producir esos novillos, que dejan mil dólares a los distintos actores de la producción. Se remunera la trazabilidad, la genética de animales y pastos, la tecnología de producción. Hay mucho trabajo, mucha innovación, mucha inteligencia en esos novillos. Muchos productos: carne, cuero, menudencias, y también subproductos –grasa, harinas–. Es mejor que andar ensayando desvaríos especulativos financieros, con derivados que cotizan en Singapur."
Pilares
Caputi señaló tres pilares de nuestra producción cárnica:
1) El mercado interno, que todavía va a crecer más, incluso incorporando más turistas a la mesa. Si 10 de los 60 kilos de carne vacuna que hoy consumimos se sustituyen con cerdo o con pollo, mejor, pero hay que ser competitivo en esos otros rubros.
2) El segundo pilar es la diversificación de las exportaciones: Uruguay tiene 100 mercados abiertos, no depende de lo que ocurra en Europa, por más relevante que sea. Remarcó la importancia de abrir los mercados de Corea y Japón ("nos va la vida", dijo). En igual sentido, en una conferencia realizada a mediados de mes, el presidente del INAC, Luis A. Fratti, anunció la visita en enero del presidente de Corea.
3) El tercer pilar es la competencia y la cooperación. Competencia que se da entre productores e industriales, y entre los distintos países, por los mercados. Competimos hasta definir el negocio, después se estabiliza la situación y es el momento de cooperar: "Tenemos un déficit de identidad, nos falta instalar una marca-país, lo que no es fácil, ya que puede interferir con las marcas empresariales o locales".
Consumidor uruguayo, primero en el mundo
El tema del mercado interno de la carne tuvo una gran importancia en el Congreso. Se le dedicó un panel, con comerciantes y técnicos, fundado en una presentación de la Cra. Valentina Herrera (INAC), que proporcionó los datos básicos. Veamos algunos puntos sintéticamente.
El consumo de carne en Uruguay aumenta sostenidamente, atado a la recuperación de los ingresos populares, luego de superada la crisis de los primeros años de la década (ver páginas 42 a 44).
La mayor parte del consumo es de carne vacuna, seguida de la de pollo, la de cerdo y, lejos, la ovina, que alcanzó un valor prohibitivo para el bolsillo popular.
Este año creció el consumo de carne vacuna, superando a Argentina y ubicando a nuestro país como el mayor consumidor del mundo por persona, y también creció el consumo de pollo y de cerdo, y bajó el de carne ovina.
Si se consideran todas las carnes, sumando el pescado y otras especies de menor volumen (p.e. el conejo, los animales de caza y otras carnes exóticas, que algún kilo adicional representan), el consumo anual ronda los 100 kilos por persona/año.
La expositora presentó un cuadro con los principales cortes que integran el set preferido del consumo (ver en esta página). Puede apreciarse la evolución de los últimos cinco años. Hoy aparece en los primeros puestos un corte de pulpa del trasero (nalga), de relativo alto valor, lo que sugiere un consumidor con mayor poder adquisitivo.
Desde un ángulo cuantitativo global, el mercado interno absorbe actualmente cerca de 210 mil toneladas anuales de carne con hueso equivalente, lo que lo confirma en su posición de principal destino individual. Para que se tenga una idea de la dimensión comparada: este año, el segundo lugar lo ocupará Rusia, con unas 120 mil toneladas.
En un volumen de 575 mil toneladas producidas el año pasado, el mercado interno representó casi un tercio del total; los restantes dos tercios corresponden a las exportaciones. Según los últimos datos presentados por el INAC a mediados de diciembre y proyectados a fin de año, en 2010 la exportación llegará a las 375 mil toneladas, un poco menos que el año previo, al igual que la producción industrial, mientras que el consumo subirá.
Otro dato que Herrera destacó fue la consolidación de la demanda de carne de cerdo fresca, en cortes, un producto que no se consumía en nuestro medio, y que adquiere creciente importancia como rubro alternativo y complementario a la carne vacuna. La producción industrial interna se dirigía fundamentalmente a la industria: en 2004, apenas 16% iba destinada al consumo fresco, para pasar a casi 60% en 2009. Ésta no es toda la oferta, porque la industria importa buena parte de la carne y la grasa requeridas para la elaboración de sus productos.
Vale suponer que el país está en condiciones de aumentar su producción de carne de cerdo sustantivamente, a partir de las interacciones de esta cadena con la ascendente agricultura, que provee de los insumos alimenticios para los animales a un costo cada vez más competitivo. La presencia de una demanda interna, que se ha ido afirmando en estos últimos años, le otorga a este rubro una base para su desarrollo.
Pero, sin duda, la gran novedad de los tiempos recientes es el fuerte crecimiento del consumo de carne de pollo, que avanzó desde los 12 kilos por persona/año en 2004 hasta un estimado por el INAC de 20 kilos para este año, en una tendencia ascendente que no ha finalizado ni mucho menos. Cabe señalar que OPYPA estima un volumen algo inferior, en el orden de 18,5 kilos, pero también subiendo respecto a los años previos. Nuestros vecinos regionales consumen más de 30 kilos anuales y nosotros vamos en esa dirección.
FONTE: EL PAÍS
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