Lentamente, semana a semana, el precio del ganado gordo va aumentando. El mínimo se registró en los ganados faenados a fines de enero, en un mercado signado por la sequía que, por entonces, pesaba sobre todo el territorio nacional.
Las lluvias posteriores revirtieron esa situación y, a pesar de que los frigoríficos redujeron su actividad, los precios empezaron a subir sostenidamente, en forma más o menos intensa, según lloviera o no.
A mediados de marzo, los novillos se pagan en torno a los U$S 3,80 el kilo en cuarta balanza, acumulando 7% de mejora respecto al precio de un mes y medio atrás.
Otro tanto ocurre con los precios de las vacas, que se acercan a los U$S 3,60 el kilo en cuarta balanza, 8% por encima del precio mínimo del año.
También las vaquillonas, que tienen buena presencia en el dinámico abasto local, registran subas del mismo tenor.
Todas las categorías están demandadas y con precios en alza, de modo que cuando esta edición esté en la calle seguramente se hayan superado estos valores.
Con una mirada más abarcativa, el indicador de Novillo Tipo del INAC ubica en U$S 1.190 el valor en febrero de todos los productos de un animal de las características definidas (un poco más alto –U$S 5– que el de enero).
De ese monto, los productores captaron U$S 927, lo que deja U$S 263 para el valor agregado por la operativa industrial, que incluye costos e impuestos.
Esto significa que en febrero la remuneración de los productores subió U$S 21, mientras que la de la industria bajó U$S 16 por cabeza respecto a enero, movimientos coincidentes con lo que indica la pizarra de precios de hacienda.
En momentos en que la demanda supera a la oferta, la fracción que remunera al ganado crece: hoy está en 78% del precio total.
Faena
En sentido inverso a los precios evolucionó el ritmo de faena: cuando la sequía apretaba, se llegaron a superar las 46 mil cabezas semanales, para bajar a poco más de 30 mil cuando las lluvias fortalecieron la posición de los productores, para posteriormente ubicarse en cifras moderadas de alrededor de 36 mil reses por semana y repuntar hasta cerca de 40 mil a mediados de mes.
Los vientres sumados representan nuevamente algo más de la mitad de la faena, denotando una mayor retracción en la oferta de novillos.
Reposición
Los tenedores de novillos prefieren agregar más quilos a sus animales, porque la condición forrajera lo permite y el precio sigue subiendo, y porque los invernadores puros encuentran dificultades para reponer, dados los valores de las categorías jóvenes, que aumentaron más que el gordo.
Como ocurre habitualmente, la mejora del precio del ganado de embarque y del escenario forrajero se expresa más claramente todavía en los ganados de reposición, que alcanzan cotizaciones que superan todos los récords en cada nueva venta.
La zafra de terneros que se inicia apunta a valores que hoy pueden situarse, como referencia, entre U$S 2,60 y 2,80 el kilo en pie, en ascenso, y con niveles mucho más altos para los lotes destacados.
FONTE: EL PAÍS
FONTE: EL PAÍS
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