El corriente junio finaliza con un magro registro de faena, de los más bajos para esta época del año, cerrando un semestre de actividad floja, con una extracción de poco más de un millón de cabezas, mitad vacas y mitad novillos, que quedará como 16% por debajo del año anterior, y también muy por debajo del promedio de varios años.
El fenómeno responde a varias causas, casi todas referidas al mercado y no a la producción, a las vicisitudes del tiempo, o a la mayor o menor disponibilidad forrajera, factores que suelen determinar los ritmos de oferta de hacienda gorda a frigorífico.
En efecto, la marcha de la oferta ganadera en las últimas semanas previas al cierre de esta edición se vio resentida a partir de la baja en los precios que propone la industria por los ganados de embarque. Los frigoríficos no quieren convalidar un nivel de precios que –dicen– no les deja margen, y prefieren reducir su actividad, cerrando plantas total o parcialmente en forma temporal, antes que mantenerse trabajando en las condiciones actuales. En respuesta, los productores retraen la oferta, a la espera de que vuelvan los precios altos.
A lo largo de estos últimos meses los frigoríficos han debido afrontar un mercado alcista, con una posición muy firme de los productores de no aceptar valores por debajo de límites que siempre estuvieron en suba.
Los precios altos de la reposición, apalancados por una demanda intensa para la exportación en pie, un clima benigno para los animales y favorecedor de las pasturas, así como una situación financiera en general suficientemente holgada como para no tener que desprenderse de los ganados en forma apresurada, permitieron a los productores manejar su oferta con cierta comodidad. Del otro lado del mostrador, la industria ensayó una estrategia de mínima actividad, esperando que el invierno le vaya arrimando los ganados, algo que todavía no ha ocurrido.
Los mercados, tanto el exterior como el abasto local, permiten obtener buenos valores por la carne, pero el elevado precio del ganado, así como los altos costos industriales en términos de dólar, capturan toda ganancia, esgrimen los voceros del sector.
En este sentido, puede verse en la página 21 de este número el dato del Novillo Tipo presentado por el INAC para mayo, que mantiene la tendencia alcista de los meses anteriores, pero con el detalle de que toda la ganancia de valor fue para remunerar la hacienda, en perjuicio del margen industrial.
Este margen se incluye en lo que el INAC llama el Valor Agregado Industrial, que agrupa los costos, los impuestos y los márgenes, sin discriminar. Este Valor Agregado se redujo en mayo a 16% del total del valor del Novillo Tipo, el menor margen desde que se lleva este indicador, con el agravante para la industria de que se está dando con una faena relativamente reducida, lo que hace más gravosa la actividad, por el mayor peso de los costos fijos en la producción obtenida
FONTE: EL PAIS
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